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Rodeado del jardín natural de Amapolas, está ubicado en Vicentillo, una comunidad notable por sus fuentes de agua y producción agrícola |
Manuel Antonio Vega
Aquí está la cascada de Yabón, que se encuentra en la comunidad del mismo nombre, muy notable por su impresionante altura, caudal e imponencia, lugar que encanta a turistas alemanes y canadienses, que viven trepando montañas para conocer de la naturaleza.
Yabón está ubicado en el ala sur de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Saltos La Jalda, el cual se creó mediante el decreto 571-09 y tiene una extensión de 36.43 km2.
La riqueza hidrográfica se desprende de en medio de una montaña y tiene una extraordinaria e impresionante caída, dando paso al río Yabón, que desemboca en la bahía de Samaná por el norte de Sabana de la Mar.
La quebrada ha permitido que el Estado dominicano, a través del Inapa, represe el agua, para dar paso al unico acueducto rural por gravedad que suple a más de 800 familias de comunidades como Yabón, Vicentillo, Mancorneta, Bejucal, El Lial, Rancho I y Rancho II, entre otras, que la reciben por cañerías.
El Yabón, que se puede visualizar desde dos kilómetros de la carretera de Vicentillo en las alturas de la cordillera Oriental, es más conocido por turistas que por los nativos.
Nadie ha medido su altura, por lo que se presume que es más estirado que La Jalda, que mide unos 120 metros de altura y constituye el más alto del Caribe, según técnicos ambientalistas.
Para acceder al Yabón es mejor hacerlo a caballo, por lo accidentado del terreno, mayormente compuesto por precipicios y quebradas que hacen obligado los deslizamientos del visitante. Se puede hacer subiendo el cauce del río Yabón, pero las rocas y charcos tambien hacen tortuoso alcanzarlo.
Al pie del salto se aprecia la charca de agua, una posa también impresionante, rodeada de una descomunal vegetación.
Realmente el salto es un río subterráneo que quiebra la montaña por el medio para formar la correa de agua, que en su caída va salpicando las distintas especies de árboles y dejando una estela de humo, que se asemeja a la neblina.
En su caída se aprecian, además, rocas impresionantes que bifurcan de los árboles y el agua.
El caudal del río permite irrigar zonas agrícolas en sus tramos altos y ganaderas en las partes bajas, convirtiéndose en caudaloso en su desembocadura al oeste y norte de Sabana de la Mar.
El salto se alimenta del agua lluvia que se precipita en las montañas que forman la Cordillera Oriental y se canalizan y brotan en la montaña de Don Andrés Pérez, un hacendado influyente de la comunidad de Yabón, en Vicentillo de El Seibo.
El agua es fría lo que se colige por salir de las entrañas de la tierra y no de la superficie, como ocurre con los saltos conocidos en el país.
He caminado muchos lugares, pero les puedo asegurar que quien no conozca el Yabón no podrá conocer los secretos de la madre naturaleza, porque pienso que en esta impresionante cascada se guardan y ocultan valiosos tesoros minerales, amén de la belleza que da el bosque húmedo que permea la zona.
LA FAUNA ALREDEDOR DEL BELLO ATRACTIVO
La fauna es acentuada, predominando el pájaro bobo, carpintero, cuervo, barrancolí o colí, chinchilín, cigua palmera, petíguere y otras especies que con sus cantos y trinar obligan a la meditación y a permanecer entre el follaje y la humedad que impregna la caída del agua en la zona.
La fauna es acentuada, predominando el pájaro bobo, carpintero, cuervo, barrancolí o colí, chinchilín, cigua palmera, petíguere y otras especies que con sus cantos y trinar obligan a la meditación y a permanecer entre el follaje y la humedad que impregna la caída del agua en la zona.
También se avistan lechuza de Sabana, rey congo y el entretenido zumbador.
En el agua de la charca y el cauce del río Yabón, se encuentran tilapia, guabina, chopo, anguila, corvino, dajao, jaiba y el camarón endémico.